Desde que tengo uso de razón que estoy buscandole una explicación. Una explicación al color de tus ojos, a tu sonrisa, a tu respuesta y al por qué de nuestro encuentro. Trato de entender el azul del cielo, el por qué de la lluvia, el para qué de mi existencia. Siempre quise entender qué estaba haciendo, quería encontrar una razón, un motivo, un ikigai. Intente jutificar las vueltas de la vida, intenté darle forma de lección, tratar de entender, de aprender, de florecer.
Pero te juro, que ya me cansé, no tengo más explicación, no encuentro nada que sostener, no encuentro una razón, no encuentro motivos para mantenerme en pie. Siento como me hundo y no puedo salir, el aire no me alcanza, el tiempo se agota. No espero que me salves, ya es tarde. Ya ha pasado más de medianoche y todo se transformó, Paso noches sin dormir, tratando de descrifrarlo. Seguramente no haya motivo, y me pase toda una vida buscando algo que en realidad no existe.
Tengo miedos nuevos, pero los mismos fantasmas de siempre, todos queriendome arrastrar y quizás esta vez logren llevarme. No quiero ser la victima de esta historia y no busco tu lastima. Pero cuando uno se cansa de ser fuerte, quizas huir es lo mejor opción. No me digas que no lo intenté, no me digas cómo debo hacerlo, no intentes entenderme. Pinté todos mis miedos de colores, intenté ser fuerte, por vos, por mi, por todos. Pero el mundo pesa, y avanza sin dejar rastros. Mañana te olvidarás de mi nombre, y no recordarás ni el marrón de mi iris Mañana ya será tarde para que cuentes esta historia, porque ya se borro el final.
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