Amour et Responsabilité
Me preguntó que quería, era la primera vez que nos veíamos. Lo miré callada sin entender a qué se refería. Me dijo con seguridad que no quería nada serio, que no buscaba nada. No respondí. Su seguridad me abrumaba, ¿ Cómo estaba tan seguro de un sentimiento tan incierto? ¿Cómo controlar cuándo enamorarse? A lo largo de la cena me volvió a mencionar que estaba bien solo y que no quería nada. Volví a encerrarme en mis pensamientos y no respondí. ¿Cómo predecir el futuro? ¿Cómo sabes que va a pasar? ¿Y si dejas fluir? pensé. Pero no dije ni una sola palabra. Al bloquear sus sentimientos, en realidad, me estaba bloqueando los míos. La gran advertencia, como garantía de que si me enamoró será mi culpa. Parecía una firma de contrato donde debía aceptar todas las condiciones o sino irme. Seguía hablando y tenía todo organizado (como si la vida cupiera en las hojas de una agenda). Lo que más me intrigaba era su seguridad de conocer a alguien sabiendo que no se iba a enamorar. Se nota que nun