Like fairytales

 Me había olvidado que era caminar acompañada, entrelazar las manos y andar a la par. Ya nada quedaban de esos viejos recuerdos. Estuve andando sola tanto tiempo que me sentía cómoda en el silencio. Fue un impulso, un juego del destino, una carta bajo la manga, la que me hizo volver a apostar. No creía en mi suerte, ya no confiaba en los cuentos, ya creía todo perdido. Pero decidí aventurarme en una nueva oportunidad. Sin saber que hacía o qué buscaba, tiré la moneda, sólo para verla caer. Sólo sabía que esta vez, no volvería a escribir una historia vacía. Cerré los ojos y deje que el universo me guiará. Y me encontré en tu mirada. Mi escudo estaba intacto y mi miedo innato. No puedo negarte lo que me cuesta sacar esta armadura que con tanto esfuerzo forjé. No tenías la culpa de mis viejas heridas. Y aquello que temí, se dio natural. Porque todo lo que encuentras normal para mi es nuevo.

Y fue en ese instante, cuando me encontré sonriendo al mirarte. Algo se ilumino en mí, algo cambió. Fue como si me hubieran devuelto mi sonrisa ingenua y mis ganas de creer. Y en tus brazos, sentí que me reconfiguraba, que una chispa se volvía a encender. Quizás sea una fogata que se consuma en una noche o quizás sea un fuego dentro de un bosque. Pero las casualidades no se dibujan tan claras como esta historia. Porque los caminos ya estaban trazados y encontrarnos estaba escrito. 

Y aún me encuentro con mil dudas, sin entender qué estoy haciendo. Un poco agobiada y perdida, porque nunca aprendí a andar a la par. Y hoy sólo quiero hundirme en tu pecho y despertar entre tus brazos. Y si mañana termina, no me despiertes que quiero soñarte hasta el fin. Y escribiré esta historia como se contaban los viejos cuentos, para no olvidarme que la magia sigue existiendo aún cuando no la veamos. 



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