Le gusta ver explotar mis ilusiones de vez en cuando, para que no me aferre a estúpidos sueños.
Buscando a un salvador que me rescate cuando siempre son mis brazos los que me sostienen
Me volví mi propio héroe, sin quererlo.
Sigo esperando abrazos sanadores para poder descansar, pero son mis piernas que me sostienen.
No quiero crear falsas esperanzas, no volveré a ilusionarme. A la vida le gusta explotarme en la cara mis propias burbujas.
Romperé con mis viejas creencias y dejaré de imaginar dulces cuentos
La realidad te avasalla y te tira por el acantilado para recordarte que no tienes nada asegurado
Y algún día aprenderé que mi camino es solitario y oscuro, que debo ser mi propia luz.
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