Querido amigo,

                              ¿Recuerdas aquella noche donde me preguntaste quién era y a qué le temía? En ese momento me quede confundida mirándote sin respuesta. Hablamos de los miedos, de la vida y un poco sobre la muerte. Conocí la verdad en tus ojos mientras me contabas tus más temidas pesadillas. En ese momento no entendí, no pude tener una respuesta. Sé que han pasado varios años, que ya no lo recuerdas. Pero debo admitir que nunca podré borrar nuestras charlas, tus preguntas y las enseñanzas de viejas palabras que seguro quedarán en mi memoria porque el viento ya las borró.

               Hoy amanecí, y esa pregunta volvió a mí, en forma de flecha. He tenido unos días tumultuosos, complicados y tristes. Pero en esta mañana de martes, quería escribirte porque creo que fui encontrando respuestas. ¿A qué le temo? Le temo a las enfermedades, a las ausencias de quienes amo, al rechazo, a manejar, a confiar. Le temo a las serpientes, al fracaso, al que dirán  al dolor. He descubierto en mis debilidades, temores infundados y nuevos desafíos. Sé que es necesario sentir miedo, y a veces, hay que hacer las cosas con él. Quizás teníamos el mismo temor de ver morir a quienes amamos.  No puedo decirte que soy esos miedos, pero son parte de mi. 

            ¿Quién soy? Esa pregunta me recuerda aquella escena donde una niña perdida en un país de maravillas se acerca a una oruga azul. ¿Quién eres? Somos momentos, somos instantes. No creo ser la misma que se levantó esta mañana ni la que seré mañana.

Pero tratando de responder me di cuenta de que está respuesta intento encontrarla desde hace muchos años. Encontré un texto que hace un tiempo atrás escribí: “Soy todas las personas que conocí, los lugares que visite y las huellas que deje atrás. Soy los poemas que leí, las películas con las que lloré y los cuentos que me hicieron creer. Soy aquel recuerdo en un portarretratos olvidado o el mail guardado. Soy las canciones que me invitaron a bailar y las que me emocionaron. También soy las palabras que se llevaron el viento y las conversaciones profundas como abismos. Soy los errores que cometí, las frases que calle y los silencios que inventé. Soy aquella que soñando despierta cree en lo imposible. Soy lo que amo y lo que elijo cada día al despertar.”

 No creo tener respuestas, porque nada permanece Así que me considero una simple pasajera de esta vida, tratando de apreciar el paisaje y fluyendo con el correr del camino. Ojalá leas esta carta con una sonrisa y no te olvides que somos instantes. 


Sincerely yours,














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